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Matt

Yo soy Hashem, al que vendiste

Vaigash > Bereshit 44:18-47:27


¿Cuántas veces hemos vendido a Hashem por tantas cosas que nos alejaban de Él?


Se relata en la Torá que luego de reencontrarse Iosef con sus hermanos, este ordena al encargado de su casa lo siguiente: Llena las mochilas de estos hombres de comida, tanto como puedan cargar y llevar a su padre. Luego colócales el dinero que trajeron a cada hombre en su mochila. Mi copa, la copa de plata, ponla en la mochila del más pequeño, como así también la plata de lo que compró.


Iehudá había prometido a su padre proteger al más pequeño de los hermanos: Biniamín. Sin embargo, este fue acusado de robo, por lo que Iosef había planificado. Ante esta situación crítica, Iosef no pudo contenerse y se dio a conocer a sus hermanos: Yo soy Iosef, ¿vive mi padre aún? Sus hermanos, atónitos, no podían creer lo que estaban escuchando.


La Guemará dice que Rabí Eleazar, cuando llegaba a este versículo, lloraba. Él decía: Si por la reprimenda de una persona se quedaron sin palabras, con más razón sucederá por la reprimenda de Hashem. A pesar de ser Iosef uno de los hermanos más pequeños, no puedieron responderle.


Si analizamos el relato detenidamente, nos damos cuenta de que algo no encaja: si Iehudá le explicó a Iosef que Bianiamín debía volver porque era un deseo de su padre, ¿por qué Iosef pregunta si Iaacov aún estaba vivo? ¿No se sobreentiende? La respuesta está en la sabiduría de Iosef: él, en realidad, los estaba reprendiendo. Los sabio explican que la pregunta de Iosef debe leerse: ¿Pudo mi padre vivir cuando me pusieron en el pozo? ¿Cómo pudo resistir cuando le mostraron mi túnica ensangrentada? Iosef, en pocas palabras, les estaba reclamando por sus malos actos. Sobre esto se pronunciaron nuestros jajamim: Pobres nosotros el día del juicio y el día de la reprimenda cuando D"s nos digo Yo soy Hashem.


Cuando se da a conocer a sus hermanos, Iosef dice: Yo soy Iosef, su hermano, el que vendieron a Egipto. Rabí Eliézer ben David Shelitá explica que en el Día del Juicio, D"s nos dirá: Yo soy Hashem, al que vendiste. Y aunque lo neguemos, es la verdad. Cuántas veces hemos vendido a Hashem por tantas cosas que nos alejaban de Él. Cuando tuvimos la oportunidad de dedicar tiempo a la oración o al estudio, vendimos nuestro tiempo en cosas de este mundo. Vendimos a Hashem por dinero, por comodidad, por intereses.


Rabí Eliézer ben David Shelitá explica que en el Día del Juicio, D"s nos dirá: Yo soy Hashem, al que vendiste.

Debemos saber que en un futuro nos tendremos que enfrentar con D"s y tenemos que estar preparados para que cunado nos pregunte por qué lo vendimos, no quedemos atónitos como los hermanos de Iosef. Preparémonos para aquel momento de manera que podamos decir que invertimos todo en su servicio.


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