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  • Mica

Vivir con convicción


Esta semana, leemos en Vaerá acerca de las plagas que azotaron a Egipto. Sabemos que estas plagas no solo fueron una demostración del poderío y la superioridad de D’’s, sino, también, un juicio sobre la nación que estaba oprimiendo al pueblo de Israel.


Cada plaga, en este sentido, representa un juicio justo ante las faltas de Egipto y son símbolos importantes de los valores espirituales. En esta ocasión hablaremos de la segunda plaga: las ranas, ya que resulta una clave importante para una vida llena de convicción.


Debido a que la Torá narra en Shemot 7:28 [...]las ranas entrarán a tus hornos [...] se ha puesto especial atención en explicar la importancia de este detalle. Encontramos en un comentario de la Torá Emet la siguiente afirmación:

Las ranas, criaturas de sangre fría y cuyo hábitat natural son los ambientes húmedos, no tuvieron escrúpulos en saltar incluso adentro de hornos encendidos, un medio totalmente opuesto a su naturaleza, con tal de cumplir su misión divina.


Nos cuenta el Midrash que las ranas entraron voluntariamente a los hornos encendidos y que, luego, a raíz de la obediencia a Hashem, aquellas que hicieron tal acto fueron las únicas que sobrevivieron.


Es por esta razón que los estudiosos de la Torá han dedicado su tiempo a explicar el significado de este hecho, puesto que contiene una gran lección para nosotros: vivir nuestra fe con convicción. La convicción, entendida como el valor de la certeza que tiñe nuestra vida entera, es un desafío importante para crecer aun más espiritualmente y para acercarnos con fervor a la Santidad de D’’s. El comentario continúa:

Eso es expresión del auto sacrificio al que se sometieron. La prueba de fe en su máxima expresión va más allá de la cuestión de ofrendar la vida por una determinada causa. “Auto sacrificio” no es la forma en que uno entrega su vida en aras de sus creencias, sino es la forma en que uno vive en aras de ellas, es la aptitud de trascender la propia naturaleza en aras de un objetivo superior. Ésa es la máxima prueba de fe.


El Rebe nos enseña que la finalidad del Iétzer HaRá es enfriar los sentimientos de emoción Divina y generar frialdad, apatía e indiferencia hacia lo sagrado. Esta es la raíz de la impureza de Egipto. Por lo tanto, para deshacerse de esa impureza se necesita vitalidad espiritual y un entusiasmo ardiente por las cuestiones de la Santidad, es decir, una vida firme en nuestras convicciones.

 

Preguntas para debatir

  1. ¿Por qué D’’s endureció el corazón del faraón?

  2. ¿Tiene algún significado especial el orden de las plagas?

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