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  • Mica

Un superclásico en Egipto

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Es domingo 9 de diciembre y el Estadio central de Egipto comienza a llenarse. Todos esperan emocionados a que el reloj marque las 16:30 de la tarde para alentar este enfrentamiento tan esperado.


Relator: ¡Estamos todos ansiosos por esta tan esperada final! Los jugadores ya están entrando a la cancha. Podemos ver al plantel de once jugadores de Iaakov con mucha seguridad y valor para este enfrentamiento. Estamos a minutos nada más de comenzar este partido.


Comentarista: Y no es para menos, hoy se define la disputa que comenzó a causa de una copa, con equipos fuertes en ambos bandos.


Relator: ¿Y, arranca o no arranca? vamos que queremos ver ese seleccionado! ¡Suena el silbato y el cronómetro está en cero! arranca el partido con el equipo que dirige Iaakov. La está recibiendo sobre el sector izquierdo Iehudá, la va entregando hacia atrás para el último hombre de este equipo, estoy hablando del central Biniamín, la va dominando Reuvén. Comentarista: Parece estar rapidísimo el campo de juego Relator: La recibe nuevamente Iehudá y la toca para Asher, Asher ya se la dejaba a Naftalí, la deja nuevamente a Iehudá, pelotazo largo para Reuvén, el balón que se pierde por un costado. ¡Lateral ofensivo para el equipo contrario! ¡Qué ritmo que tiene este partido! Comentarista: Recordemos a quienes nos escuchan que el primer motivo de esta disputa, antecesor a la copa, habría sido por los colores de la camiseta y, además, el descenso de su adversario habría hecho sentir al equipo de Iaakov superior por un tiempo. A esto se agrega que ambos equipos son muy fuertes en el juego y por eso podemos ver que están dejando todo en la cancha. Relator: Reuvén para Iehudá, se viene Iehudá, ya se levanta la tribuna entera por este equipo. Cada vez que los goleadores se aproximan parece que todo estalla, por dentro Iehudá, se viene, se viene… El balón se pierde para un costado, buena presión del equipo contrario, hay lateral ofensivo para el seleccionado de Iaakov. Comentarista: Estamos ante un juego impecable, con el equipo de Iaakov de visitantes, las faltas no son una opción y se apela al juego limpio. Relator: El árbitro acaba de detener el partido parece que Iosef, el mediocampista del equipo contrario, pide salir; lo están atendiendo al costado del campo de juego. Comentarista: Parece que está llorando. Relator: Estamos pendientes de que las lesiones en el alma les permitan continuar. Comentarista: Es, sin duda, una final muy esperada y después de un largo camino hasta acá posiblemente ambos equipos estén cansados y algo lesionados. Relator: El juego continúa, Iosef entra a la cancha de nuevo.

Comentarista: Atentos todos, Iosef acaba de detener el partido.

Relator: Nos llegan comentarios de que está diciéndoles algo importante al plantel de Iaakov, intentamos entender… Se escucha a Iosef decirles: SOY SU HERMANO. El estadio queda en silencio. El único sonido en ese momento es la pelota picando que acaba de caer de las manos de Yehudá. Iosef repite: SOY SU HERMANO… y entonces el estadio rompe en llanto. Relator: ¡Increíble lo que acaba de pasar, estamos sin palabras! ¡El estadio entero es un solo corazón, una sola emoción, se pone de pie la gente y aplaude efusivamente este reencuentro insospechado! Ya la copa no importa, las camisetas se intercambian entre besos y abrazos la emoción invade.¡Que lindo volver a verlos juntos! ¡Que lindo poder vivir este momento, lloren ustedes en sus casas, lloren y griten con el corazón porque este equipo tiene doce jugadores!

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