Toda experiencia debería dejarnos un aprendizaje.

Después de dos años conviviendo con decesos, olas y mutaciones, creo que la única forma de darle sentido a lo vivido es sacando algunas lecciones.

Estas son algunas de las que considero deberían estar en la lista:

1. Taparse la boca puede ser incomodo pero es mejor que enfermar o herir de muerte a otros con ella.

2. Es importante tener las manos limpias, lo que incluye no tomar aquello que no me pertenece.

3. Los contactos estrechos son sumamente influyentes. Por eso deben escogerse con mucho cuidado.

4. El aire no es gratis. Si entras a una clínica descubrirás cuántos dólares te regala Dios por hora.

5. No solo los virus mutan, también las personas cambian y muchas veces para bien.

6. Vacunarse no es otra cosa que poner barreras a lo que nos hace mal.

7. Lo que esta fuera del alcance de nuestros ojos también existe y nos afecta.

8. El aislamiento debería vivirse como una oportunidad para reencontrarse con uno mismo, escucharse y, si es necesario, salir distintos.

9. Contar muertos nos aferra más a la vida.

10. El problema de un asintomático es que no se da cuenta que hay algo que debe sanar.