¿Qué hacer cuando oras y no hay respuesta de parte de Dios?
En la jerga de aquellos que usamos Whatsapp para comunicarnos, "clavar el visto" significa saber que la persona a quien escribimos leyó o escuchó el mensaje y no respondió.
Sucede cuando las dos tildes se pintan de celeste pero no recibimos ni fu ni fa. Ni un emoji. Ni un sticker. Ni un gif. Silencio.
No nos gusta que nos claven el visto. Menos si vemos que el receptor esta conectado mientras nuestro mensaje envejece a cada minuto u hora (así de impacientes somos).
Algo similar ocurre cuando oramos y sentimos falta de respuesta.
En la serie Tefila , que estamos compartiendo los sábados por la noche, estudiamos algunas condiciones que afectan la plegaria y hacen que Dios "nos clave el visto".
Te invitamos a revisar tres aspecto de la oración que pueden estar causando la falta de respuesta.
• Falta de confianza en Dios
Debes orar con un alma tranquila, sabiendo que Dios puede salvar aún cuando la dificultad estuviese muy cercana.
Orar sin confianza es como hacer una pregunta retorica donde, en definitiva, no se espera una respuesta.
Para fortalecer la confianza puedes leer Tehilim (Salmos) o estudiar las leyes del corazón, que incluye las razones por las que podemos confiar plenamente en Dios.
• Falta de concentración
La oración sin concentración es como un cuerpo sin alma, como una cascara sin fruto.
Si queres que Dios responda a tu plegaria debes estar atento a lo que dice tu boca y saber exactamente lo que le estas pidiendo.
Para alcanzar una mejor concentración busca un lugar tranquilo, aparta un tiempo especial y apaga todo lo que pueda distraerte (eso incluye el celular).
• Falta de Ética
Comportarse bien con el prójimo es fundamental para recibir una respuesta Divina.
No es posible que Dios atienda nuestra necesidad si nosotros no atendemos la necesidad de nuestro hermano.
Examina tus acciones y, si encuentras algo que esta fuera de los códigos de amor y santidad, no demores en reconocer el error, pedir disculpas y reparar.
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Revisa tu plegaria para que sea eficaz y nunca, nunca, nunca, dejes de hablar con Dios.
Ah! Y te esperamos en los próximos encuentro de la Serie Tefila.