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El furor de las últimas semanas ha sido el método de Marie Kondo para ordenar y transformar los hogares mas caóticos en espacios renovados y lipios. Simplificando su técnica, se trata de dividir los ambientes, limitar la cantidad de objetos y ordenar por categoría.
En las porciones Terumá y Tetzavé estudiamos acerca de la construcción del Mishkán (el Templo del desierto) y la indumentaria que contiene. A pesar de que pueda parecernos abrumador su detallada descripción, en ella encontramos un exquisito orden.
El patio posee las fuentes y el Altar; el Lugar Santo contiene la mesa de los panes, el incensario y el candelabro; y en el Lugar Santísimo se encuentra solo el Arca de testimonio. Fiel al método, dentro de esta preciosa caja se guardaban las dos tablas de mandamientos, la vara de Aarón y el maná.
Este sencillo y significativo orden permite conservar la tienda limpia y útil. Es hora de poder aplicar esto a nuestra tienda: el alma, el cuerpo, el hogar y la tecnología.
Para empezar a ordenar se requiere conservar y despreciar objetos. La descripción del Mishkán puede ser un buen mapa para decidir qué hacer con cada cosa: ¿Esto trae luz a mi vida? ¿Me ayudará a mejorar? ¿Es propio de una vida entregada a Hashem?
¡A ordenar la casa!
Excelente. Una muy buena manera de aplicar las enseñanzas de las dos parashot.