Jukat > Números 19 – 22
Mirar hacia Arriba para continuar viviendo.
En el capítulo 21 de la porción de Torá de esta semana, encontramos el siguiente panorama: Hashem les había entregado los kenaanitas al pueblo de Israel (quienes habían suplicado por ello). Camino al Iam Suf, desde el monte Hor, el pueblo se queja nuevamente por el maná y la falta de agua, como consecuencia Hashem envía serpientes venenosas que matan a una gran multitud. El pueblo reconoce la falta y le pide a Moshé que interceda, D’s responde, brindándole el “medio” para la restauración o redención de aquellos que habían sido mordidos:
“Haz para ti una [serpiente] abrasadora y colócala sobre un poste. Y sucederá que todo el que haya sido mordido mirará la serpiente y vivirá.” (Números 21:8)
Al respecto de esta orden que le da D’s a Moshé podemos reflexionar sobre dos comentarios importantes.
1. El hecho de observar la serpiente para obtener la sanidad no implicaba que ésta tuviera algún poder para quitar o dar la vida (algo que sería fácil de descartar ya que una serpiente de cobre es simplemente un símbolo y no tiene poder alguno) sino que, como menciona un comentario de la Torá Emet, para mirar la serpiente había que levantar la mirada: Mirar hacia Arriba, o elevar los pensamientos hacia el Creador es el secreto escondido en esta orden. El fin era recordar que todo viene de Hashem, acercar todo pensamiento a su poder y sus preceptos, para hacerlos abandonar sus malos hábitos y de ese modo obtenían sanidad y vida.
2. Rashi comenta que la expresión utilizada en ese versículo no implica una mirada pasajera, sino que se debía mirar fijamente a la serpiente (con concentración) para obtener sanidad. Comentario que refuerza el concepto anterior: El hecho de acercar el corazón de cada israelita a D’s tenía que ver con someterlo, con conciencia y voluntad.
Solo así se puede dejar atrás la inconformidad, el enojo, la preocupación o la ceguera que algunas cosas materiales (o la falta de ellas) pueden producir en nuestro corazón alejándonos del objetivo que tenemos por delante y de la necesidad más elemental: Someter el corazón a D’s una y otra vez, para recordar quienes somos, para recordar de dónde proviene nuestra ayuda, quién es nuestro Creador.
Mirar hacia arriba es un acto que refuerza nuestra identidad, nos coloca en eje y nos ayuda a seguir cuando todo se pone difícil.
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