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  • Mica

¿Quién mató a Julen?

Mishpatím > Actualidad y Torá



En la parashá de esta semana podemos leer la norma correspondiente a los daños provocados por perforaciones en la vía pública (Shemot 21:33-34). Aquí se establece una sanción para quien provoque un accidente (a un tercero) a causa de destapar o cavar un pozo y luego no taparlo nuevamente. El responsable asume la culpa indemnizando a quién tuvo la pérdida, ya que quien cae lo hace debido a su falta.


Coincidentemente, la semana pasada, el mundo entero vivió con dramatismo el rescate de Julen, un niño de dos años que cayó a un pozo profundo en la localidad de Totalán, España.

Después de catorce días de una compleja operación de rescate que incluía grandes maquinarias y donde participaron más de cien personas, el cuerpo se encontró, finalmente, sin vida.


Aunque las expectativas de encontrarlo sano y salvo eran pocas, nunca se perdió la esperanza. El pozo al que cayó tenía 25 cm de diámetro pero su profundidad era de 110 metros, había sido cavado para buscar agua pero nunca se tapó.


De haber hecho caso a las órdenes de la Torá, se hubiera evitado esta tragedia dolorosa.

Los sabios nos enseñan que somos responsables de todo lo que hacemos y aun más si eso causa algún daño, desde cavar un pozo a colocar una piedra u objeto en un lugar donde podría causar un tropezón.


También es digno de mérito quien tapa un pozo o destruye aquel elemento que puede causar daño, como el que levanta vidrios de un piso o poda las ramas de un árbol endeble.


Debemos ser cuidadosos en nuestro hacer, por amor a la vida propia y la del semejante. Eso es vivir Tora con los pies sobre la tierra.

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