Mishpatim > Shemot 21-14
... pero tu vecino sí.
La parashá de esta semana comienza así:
וְאֵ֙לֶּה֙ הַמִּשְׁפָּטִ֔ים אֲשֶׁ֥ר תָּשִׂ֖ים לִפְנֵיהֶֽם׃
Es decir, Veeé hamishpatim asher tasim lifneiém: 'estas son las leyes que has de poner delante de ellos'. Estos mandatos de D"s incluyen las leyes de sirvientes; las penas por asesinato, secuestro, asalto y robo; penas civiles por daños, las leyes sobre prestamos; reglas que gobiernan la conducta de la justicia en las cortes. También son dadas leyes advirtiendo contra el maltrato a extranjeros; la observancia de las festividades en las diferentes estaciones y demás leyes sobre algunas ofrendas. En esta porción de la Torá se encuentras 53 del total de los 613 preceptos de toda la Ley.
Es interesante notar que la gran mayoría de las leyes que D"s encomienda al pueblo por boca de Moshé son, esencialmente, normas civiles que velan por una convivencia justa en la sociedad. D"s siempre se preocupó por las relaciones interpersonales de los hombres, pues sabe que, tal y como somos, si nos dejamos llevar por nuestros impulsos y el ietzer hará, la sociedad colapsaría (tal como sucede en nuestros días). Por tal motivo, D"s legisló estas normas de conducta para que la injusticia que nos caracteriza por naturaleza, sea dominada por los buenos actos y la santificación del nombre de D"s.
Desde luego que no somos aceptados por D"s por lo que nosotros hacemos, sino que descansamos en la justicia del Mesías. Así que, en ese sentido, ninguna buena obra que logremos hacer será lo suficientemente meritoria como para ganar el favor de D"s y Él lo sabe. El Mesías es quien nos acerca a D"s y a su gracia inmerecida.
Pero nuestro prójimo no es D"s, nuestro vecino no es igual que el Creador; de hecho, es un humano ta débil como nosotros y en las relaciones que entablamos es necesario que prime la justicia. D"s no nos pide obras para que ganemos su favor, nos pide buenas obras para que podamos reflejar su amor y así poder proclamar la verdad de la Torá con nuestras acciones.
Que D"s nos ayude a poder entender que nuestros actos repercuten directamente en mi entorno, por tanto procuremos reflejar siempre a la Torá.
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