Comenzamos un nuevo año, el año 5780, todos juntos en comunidad.
El Rey está en el campo, cantamos una y otra vez “el Rey está en el campo” para recordarnos que no es necesario pedir una audiencia especial, que podemos salir tal cual somos y encontrarnos, en un tiempo muy particular, con el Rey. Tiempo de arrepentimiento y tiempo de alegría, pues esperamos un buen y dulce año.
El mensaje que estuvo en el centro de nuestra velada fue un hermoso recordatorio: retornamos porque Él nos hace retornar, porque Él nos sale a buscar, porque Él ha decidido no desistir de nosotros, aun con nuestras situaciones y luchas diarias.
Devarim 30:6 dice Además, el SEÑOR tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. El Rey pondrá una marca irreversible para que nuestra relación, nuestra unión sea realmente eterna y sale en busca de nosotros a fin de que retornemos para no perdernos nunca más.
También pudimos todos juntos oír el sonido del shofar y compartimos el gran Séder simbólico de Rosh Hashaná y a una voz nos deseamos: ¡Shaná tová!
Luego de la riquísima cena, disfrutamos, adultos y niños, de la música, los juegos y de los rikudim más tradicionales.
Ojalá que la dulzura y la bonanza de la celebración se mantenga durante todo el año y podamos apreciar lo bueno y lo dulce incluso en lo que parece amargo.
Shaná Tová.
Bet Melej Habá.
5780.
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